Todos sabemos que Caravaggio, junto con otros maestros que van a llegar a Roma en el entorno del 1600, iniciaron las grandes corrientes de la pintura barroca. En la expansión de las novedades es fundamental el papel que van a tener los discípulos directos y sobre todo los copistas, porque hemos de entender que la circulación y exportación de obras directas de Caravaggio, un pintor de vida agitada y escasa producción, no era tan fácil. Por eso os traemos un ejemplo de un pintor que es tanto o más interesante por sus copias del maestro lombardo, que por las obras de su invención. Sobre la importancia de las copias artísticas escribimos un artículo en el blog, ver aquí.

Louis Finson (según original de Caravaggio), Judith cortando la cabeza a Holofernes, 1607. Nápoles, Gallería d’Italia. Foto: cipripedia

          Louis Finson (Brujas, h. 1580 – Ámsterdam, 1617), o Ludovicus Finsonius como firmaba con su nombre latinizado, es un caso muy interesante de pintor formado en la tradición de la pintura flamenca, en el gusto por el detalle y fórmulas manieristas, que tras su estancia en Italia, y el conocimiento directo y personal de Michelangelo Merisi Cavaravaggio, va a ser uno de los trasmisores de su estilo a los pintores de los Países Bajos. Pero además, su gusto por la obra del pintor lombardo, hará que copie algunas de sus obras, siendo fundamental para desentrañar algunos de los problemas de autoría que se ciernen sobre el pintor barroco italiano. Vamos pues a conocer mejor a este interesante pintor y su obra, así como su relación con Merisi.

     La revolución pictórica que supuso Caravaggio no surgió de la nada, sino de la natural evolución de las preocupaciones por el detalle, las posibilidades de la técnica al óleo y la obsesión por captar los efectos lumínicos que tenían en común los pintores del manierismo del norte de Italia y los pintores de la tradición flamenca, relaciones que siempre fueron fluidas y constantes. En 1604, un pintor de los Países Bajos septentrionales, Karel van Mander (1548-1606) escribía en su tratado Het schilder-boek waer in Voor eerst de leerlustighe lueght den grondt der Edel Vry Schilderconst in Verscheyden deelen Wort Voorghedraghen la siguiente cita sobre Caravaggio:

«Dice que todas las cosas no son más que bagatelas, fruslerías, nimiedades, sin importar quién las haya pintado, si no están pintadas y hechas del natural, y que no hay nada mejor que imitar la naturaleza. Y por consiguiente, no traza nunca una sola línea que no se aproxime a la naturaleza, copiándola y pintándola»[1].

Caravaggio, Judith cortando la cabeza a Holofernes. Cuadro aparecido en 2015. Foto: wikpedia.

Louis Finson

          Nacido en Brujas, parece que abandonó esa región junto con su familia cuando todavía era un niño, hacia la provincia septentrional de Zelanda, seguramente por los efectos de la Guerra de los Ochenta Años. En esa región y en la corte de Rodolfo II en Praga, en la que se ha documentado su presencia, es donde recibiría la primera formación artística de manos de su padre, Jacques Finson, que está documentado como pintor de telas[2].

          Se documenta su llegada a Nápoles en 1605. En ese momento la ciudad partenopea era la segunda urbe más poblada de Europa. Contaba con un ambiente cosmopolita, tenía una población diversa y con el desarrollo de los postulados postridentinos, los altares estaban siendo cambiados para adecuarse mejor al nuevo mensaje triunfante de la Iglesia, por lo que abundaba el trabajo para los pintores. Además, se estaban empezando a crear importantes colecciones artísticas. Todo este caldo de cultivo es interesante para entender la llegada de pittores fiamimnghi en la capital del virreinato.

          En Nápoles, Finson, entablará trato con el pintor de Amberes, Abraham Vinck, especializado en el retrato y activo miembro de la comunidad de pintores neerlandeses, que llevaba ya ocho años en la ciudad italiana. Gracias a Vinck, Finson entró en contacto con los comitentes locales, como la familia De Franchis o Nicolò Radolovich. Tras su periodo italiano, Finson marchó a Francia en 1613, donde se le tiene documentado en la Provenza, Marsella, Burdeos, Montpellier y París. Parece que tuvo intención de viajar a España, pero nunca llegó a materializar este viaje[3]. Finalmente se instaló en Amsterdam hasta su muerte en 1617.

          El estilo de Finson será fiel a la iluminación tenebrista de Caravaggio, pero conservando un gusto por el dibujo y el detalle de sabor flamenco, así como por las figuras alargadas que derivan del tardomanierismo. Una de sus obras más interesantes es la Anunciación del Museo Capodimonte de Nápoles, cuya parte inferior tiene un regusto manierista, de figuras alargadas y elegantes, mientras que la parte superior, en los ángeles mancebos, vemos el eco de los modelos caravaggescos. El mismo asunto es tratado en el lienzo que conserva el Museo del Prado, único que está atribuido a él dentro de sus fondos, pero que, al eliminar la parte superior, nos parece menos innovador que el napolitano.

Louis Finson, Anunciación. Madrid, Museo Nacional del Prado.

          Una de sus obras más interesantes y extrañas es el lienzo de Los cuatro elementos que se conserva en una colección privada, en el que podemos ver ecos en su composición del propio Carvaggio, como la figura femenina inferior, que deriva en su posición, del San Pablo de la Capilla Cerasi en Santa María del Pópolo de Roma. Asimismo, el tema nos puede recordar a toda la serie de lienzos con la temática de castigos, que tuvo mucha importancia en el debate artístico de la italia del seiscientos, especialmente en Nápoles, y que se relacionaba con la preocupación de mostrar los temperamentos y los gestos atormentados. En ese sentido también podemos relacionar estas figuras con los condenados del Tártaro de Ribera.

Louis Finson, Los cuatro elementos, 1611. Museo de Bellas Artes Houston. EEUU. Foto: wikipedia.

Caravaggio, Vinck y Finson

          Según Gert Jan van der Sman, ningún pintor flamenco de cuadros históricos mantuvo una relación tan estrecha con Caravaggio como Louis Finson, que se reveló como su más fiel seguidor[4]. Cuando el pintor italiano llega a Nápoles en 1606, huyendo de la justicia papal tras el asesinato de Ranuccio Tomassoni, hizo rápidamente amistad con Finson y Vinck. La llegada a Nápoles tiene que ver con la necesidad del pintor de ponerse bajo la protección de la familia Colonna, que siempre ayudó al pintor. La relación de amistad está documentada, pues cuando Caravaggio tenga que partir a Malta, confiará a estos pintores varias obras originales, concretamente la Madonna del Rosario (Viena, Kunsthistoriches Museum) y un cuadro de Judith y Holofernes, que acabaron siendo llevados por Finson a Ámsterdam, pues el pintor, además de atender a sus encargos y realizar copias, también se dedicaba al comercio del Arte. Algunos especialistas consideran que la Judith y Holofernes que se encontró de manera casual en un ático de Toulouse en el año 2014 y se subastó en 2019 puede ser esta obra.

Michelangelo Merisi Caravaggio, Madonna del Rosario, 1607. Viena, Kunthistoriches Museum. Foto: wikipedia.

         El cuadro de la Madonna del Rosario, como decíamos, fue llevado por Finson con él a Amsterdam y allí fue adquirido por una sociedad de varios pintores entre los que se encontraban Peter Paul Rubens, Jan Brueghel el viejo y Hendrick van Balen, quienes la regalaron en 1620 a la iglesia de los Dominicos de Amberes. Allí se colocó en uno de los laterales de la iglesia en un rico altar de mármol blanco y negro. El cuadro original de Caravaggio permaneció en el altar hasta que en 1781 el emperador José II de Austria, en visita a la iglesia, fue obsequiado con la obra y esta fue reemplazada por una copia realizada por Bernardus de Quertemont.

Altar del Rosario con la copia de Bernadus de Quertemont sustituyendo el original de Caravaggio. Amberes, Iglesia de San Pablo. Foto: InvestigArt.

      Finson también se dedicó a hacer copias de forma sistemática de obras de Merisi, que en muchos casos firmaba, por lo que no cabe duda sobre su participación. Formado en el tardo manierismo, como es visible en algunas de sus obras, supo seguir el estilo del lombardo, de tal manera que se garantizó poder vender bien sus obras, a la vez que expandía el lenguaje caravaggista por Francia y por las Provincias Unidas. El eco del lenguaje de Caravaggio lo podemos ver en la alabanza que de Finson hizo Nicolas-Claude Fabri de Peiresc: «Tiene toda la manera de Michel Angelo Caravaggio y se ha nutrido durante mucho tiempo de él»[5].

          Según Maria Cristina Terzaghi, lo más probable es que Caravaggio usara el taller de Finson y de Vinck para realizar los encargos que estaba recibiendo en Nápoles[6]. También insiste la especialista italiana en que no debe sorprendernos que Finson y Vinck estuvieran tratando de vender el lienzo de la Madonna del Rosario y la Judith en 1607, momento en el que Caravaggio aprovecha para marchar de la ciudad partenopea hacia Malta, con la esperanza de lograr allí una posición ventajosa respecto a un posible perdón papal.

Finson y las copias de Caravaggio[7]

          En este sentido, dado que la crítica se ha empeñado en darnos la figura de un Louis Finson copista de Caravaggio, cabe preguntarse por los datos ciertos que obran en nuestro poder. Tenemos el testimonio de una copia de la Madonna del Rosario, hecha por Finson y que estaba en Amsterdam en 1630, también de dos telas idénticas con la Magdalena en éxtasis, una firmada y fechada en 1613, que se conserva en una colección privada francesa y la segunda, sólo firmada, que se expone en el Museo de Marsella, ambas copiando un original de Merisi hasta el momento perdido. También es más que probable copia de Finson una Crucifixión de San Andrés siguiendo la que Caravaggio hizo para el virrey conde duque de Benavente (Museo de Cleveland) que se vendió en Amsterdam en 1619. En ese sentido pudiera ser que la copia del San Andrés que conserva el Museo de Santa Cruz en Toledo, también fuera obra suya. Aunque el estado de conservación de la pintura no permite afirmar con rotundidad tal autoría, la profesora Terzaghi considera que debe ser copia española, siendo la de Finson la que conserva actualmente en el Museo de Bellas Artes de Dijon.

          También se adjudica a Finson la autoría de una copia de Judith y Holofernes, cuyo original se pensaba perdido y que puede que sea el liezo aparecido en Toulouse en 2014, aunque algunos especialistas creen que el reaparecido en Francia pudiera ser otra copia del mismo Finson. La copia de la Judith se conserva en la colección del Banco de Nápoles y se expone en el Museo de la Gallería d’Italia, del grupo Intesa Sanpaolo. Fue atribuída a Finson por Pierluigi Leone de Castris, cuando la obra ingresó en la colección en los años ochenta del siglo pasado.

     De este modo, tanto las obras firmadas de Finson como las múltiples copias que hizo de Merisi, nos han dejado testimonio de obras que están perdidas o que se creían perdidas. Ese es el caso de la Resurrección de Cristo firmada y fechada en 1610 en la iglesia de San Juan de Malta en Aix-en-Provence, que parece derivar del lienzo del mismo tema realizado por Caravaggio para la iglesia napolitana de Sant’Anna dei Lombardi.

Louis Finson, Resurreción de Cristo. Iglesia de San Juan de Malta en Aix-en-Provence. Foto: wikipedia.

          Además sería una copia de Finson el San Jenaro del Museo de Pensilvania, cuyo original fue mandado por el conde duque de Benavente a España[8].

Louis Finson (según original de Caravaggio), San Genaro, 1610-1612. Palmer Art Museum at Pennsylvania State University. Foto: wikipedia.

          El papel de las copias de Caravaggio y la obra de estos artistas que asumieron su estilo desde el principio es fundamental para entender la expansión del naturalismo por toda Europa. Esperamos que el artículo de hoy haya servido para hacerse una idea de lo interesante que las copias de los maestros eran para la difusión de unos modelos que no eran tan fáciles de obtener, por la imposibilidad de ver en muchas ocasiones los originales.

NOTAS

[1] La cita de Van Mander la sacamos de: van der Sman, Gert Jan: “Caravaggio y los pintres del norte” en Caravaggio y los pintores del norte (catálogo exposición). Museo Thyssenp-Bornemisza, Madrid, 2016, p. 13.

[2] Capitelli, Giovanna: “Louis Finson tra Europa e Mediterraneo” en Giuditta decapita Oloferne. Louis Finson interprete di Caravaggio, Intesa Sanpaolo, Nápoles, 2016, p. 16.

[3] Según se cuenta en la entrada dedicada al pintor en la web del Museo del Prado: [https://www.museodelprado.es/coleccion/artista/finsonius-ludovicus/dd67fbdd-6f58-49d2-aa09-c684a98c453e consultado el 16/11/2022]

[4] Gert Jan van der Sman: “El último Caravaggio y sus seguidores en Nápoles y el sur de Italia” en Caravaggio y los pintores del norte (catálogo exposición), Madrid, Museo Thyssen Bornezisza, 2016, p. 177.

[5] íbidem, p. 178.

[6] Maria Cristina Terzaghi: “Napoli, primo Seicento: Louis Finson copista di Caravaggio” en Giuditta decapita Oloferne. Louis Finson interprete di Caravaggio, Intensa Sanpaolo, Nápoles, 2013, p. 29 y ss.

[7] El texto que sigue a este título es una traducción libre del texto de Maria Cristina Terzagui para el libro de Judit y Holofernes del Museo Gallería de Italia de Nápoles, ver nota 6.

[8] Para más información recomendamos la visión de la conferencia de Maria Cristina Terzaghi: “Caravaggio hoy: certezas e interrogantes” impartida en el Palacio Real de Madrid en marzo de 2022 y que se puede ver en la plataforma YouTube: ver aquí.

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