El Arco de Trajano, en Benevento, es un valiosa muestra de la arquitectura romana y, a pesar del relativo estado de conservación de los relieves, ha llegado a nuestros días preservado casi en su totalidad. Es un gran ejemplo de arquitectura oficial fuera de Roma, aunque su monumentalidad lo hace digno competidor de los arcos capitolinos. Sus relieves son auténtico testimonio de la vida romana, representándose en ellos algunas de las políticas más importantes de Trajano y personajes de la sociedad romana. A ello hay que añadirle la extraordinaria calidad con las que están talladas las esculturas, la profusión de sus detalles y el número de paneles; haciendo de nuestro arco uno de lo más completos entre los que existen.

Vista del Arco de Trajano en Benevento en la actualidad. Foto: Wikimedia Commons.

     El arcus triumphalis era un elemento clave de las ceremonias triunfales romanas: fiestas y procesiones de gran pompa que tenían por escenario la ciudad. Verdaderos símbolos del poder imperial.

     El origen de la estructura del arco es casi tan antiguo como las civilizaciones de Mesopotamia o Egipto. Sin embargo, el precedente más claro son los arcos de Etruria, por ejemplo, los de Perugia y Volterra. Fue durante la República romana cuando apareció el arco como un elemento conmemorativo del triunfo en honor de un general, siendo los primeros de ellos de madera. Sin embargo, con el primer emperador de Roma, Octavio Augusto, la arquitectura de los arcos se reservó para los únicos que podían recibir triunfos a partir de entonces: los emperadores[1]. 

Historia del Arco de Benevento

     La construcción del Arco tuvo lugar con la apertura de una nueva calzada romana, la Vía Trajana, para unir Benevento con Brindisi por la costa italiana del Adriático. Ya era posible realizar este camino a través de la Vía Appia, sin embargo, la de Trajano ahorraba un día de viaje.

Mapa en el que se ven los trazados de la Via Apia y de la Via Trajana. En rojo marcada la ciudad de Benevento.

     La Vía Traiana se realizó entre los años 109 y 113, financiada en su totalidad por el emperador Trajano. Como agradecimiento, el Senado y el pueblo romano erigieron en Benevento un grandioso arco en su honor. Sin duda, Trajano tuvo que quedar complacido cuando transitó por él junto a sus ejércitos en el año 114 con motivo de la campaña contra los partos, conflicto durante el cual Trajano murió por enfermedad en Cilicia en el año 117[2].

     El arco fue denominado Porta Aurea desde el principio de los tiempos, ya que daba comienzo a la vía. Es un rara avis, un arco triunfal no tenía entre sus funciones ser la puerta o entrada de la ciudad; sin embargo, nuestro arco, lejos de ser erigido como un triunfo exento en el centro de la ciudad, fue anexionado a las murallas.

     El plano de Pizzella y la veduta de Giovanni Paolo Panini nos permiten saber que a mediados del siglo XVIII el Arco de Trajano seguía siendo una importante entrada a la ciudad, inserto entre las murallas y el caserío. Finalmente, tras la visita en 1849 de Su Santidad, el papa Pío IX, se eliminó el caserío y los restos de muralla aledaños al arco. Desde entonces, todos pudieron contemplar el arco sin obstáculos, con un espacio circundante en el que erigirse único protagonista, como ha llegado hasta nosotros.

Precedentes y posible autoría del Arco de Trajano

     Arquitectónicamente, nuestro arco tiene un precedente insoslayable en Roma, el Arco de Tito (81 d.c.), cuyos relieves son muy similares a los de nuestro arco, tanto en estilo como en temática. De similar composición es también el Arco de Trajano (115 d.c.), en Ancona, aunque éste de proporciones más esbeltas.

     Respecto a la paternidad del arco, hay que dejar clara su orfandad y tomar con cuidado cualquier hipótesis. El candidato que más ha convencido a diversos expertos es Apolodoro de Damasco, arquitecto oficial de Trajano y Adriano. El afamado arquitecto renacentista boloñés, Sebastiano Serlio, atribuyó el arco al arquitecto que construyó el Panteón de Agripa en tiempos de Adriano, que tradicionalmente se atribuye a Apolodoro: «Esta misma confidencia [una peculiaridad que se da en el arco] tuvo el Arquitecto que reconstruyó el Panteón…»[3].

Contexto y estilo de los relieves

     La escultura, como medio de comunicación, fue la forma más directa e imperecedera que tuvieron los dirigentes de dialogar con el pueblo, de hacerles llegar un mensaje tanto a los que viven como a los que han de vivir. Un buen ejemplo es el Ara Pacis Augustae (13-9 a. C.), que muestra una de las decoraciones en relieve más importantes del arte romano. La relación más evidente entre el Ara y nuestro arco es el mensaje pacificador, de gran carga propagandística. Sin embargo, los relieves de Benevento se alejan de los fríos y académicos del monumento de Augusto.

Ara Pacis de Roma. Foto: Wikimedia Commons.

     El carisma pictórico aportó un efecto ilusionista a los paisajes de los relieves escultóricos ya desde época Flavia, ejemplo de ellos son los relieves romanos del Palacio de la Cancillería y del Arco de Tito[4]. Benevento tuvo que estar en alguna medida sugestionado por la pintura de la cercana ciudad de Pompeya. El fresco de El castigo de Eros, del Museo Arqueológico de Nápoles y los relieves del Encuentro de Trajano con Hércules y de la Triada Capitolina despidiendo a Trajano de nuestro arco tienen un fondo creado por elementos dispuestos detrás de la escena del primer plano, como la presencia anecdótica de un árbol.

     Aunque los relieves de nuestro arco no pertenezcan al tan cultivado y romano género del retrato, es posible identificar en ellos a la figura de Trajano, que se quiso mirar en el espejo de la República, época en el que el retrato se caracterizaba por su gran realismo, por lo que los retratos del emperador tenderán hacía el verismo.

     Por otro lado, la unidad estilística de los relieves es prueba de que se realizaron en un corto periodo de tiempo y por el mismo equipo de escultores, por ende, posiblemente la mayoría de los relieves fuesen contemplados por Trajano en vida, exceptuando en los que aparece divinizado, posiblemente añadidos en época de Adriano[5].

Los relieves: Iconografía e Iconología   

     Los relieves del Arco de Trajano, en Benevento, fueron concebidos para engrandecer la figura del emperador, de manera que los transeúntes alzaran la vista para contemplar todo cuanto tenían que agradecerle. Trajano es mostrado como el ciudadano más perfecto, el garante de la seguridad del imperio, un buen gobernante y una persona comprometida con sus obligaciones civiles y con los más necesitados. La fachada que da a la ciudad narra distintos episodios de la vida de Trajano y su prestación a Roma; la que da al campo, muestra la política exterior de Trajano y las provincias del Imperio[6]. Los relieves del ático hacen alusión a escenas de «pacificación y romanización de las provincias fronterizas del Rin, Danubio y Mesopotamia»[7]. En la bóveda del arco, Trajano aparece laureado por una Nike, posible alegoría de la segunda victoria dácica. En general, la Porta Aurea es la «media naranja» pacífica de la bélica Columna de Trajano.

Relieve principal de la vuelta del Arco, “Trajano Coronado por una Nike”. Foto: Wikimedia Commons.

Vista de la Columna de Trajano en Roma, en la actualidad. Foto: Wikimedia Commons.

     Los relieves de las fachadas están separados unos de otros por bandas con Victorias aladas en los que se muestran sacrificios de toros o bueyes, parecidos a los del friso interno de la Basílica Ulpia del Foro de Trajano, en Roma. El friso que separa el ático del cuerpo del arco presenta un variado repertorio sobre el Triunfo solemne de Dacia y/o el Desfile triunfal de Trajano del año 107: una procesión de personajes orgullosos por haber expandido el Imperio romano hacia la Dacia (actual Rumanía y Moldavia). Trajano aparece montando sobre una cuadriga y acompañado de abanderados, aurigas, porteadores, soldados, prisioneros de guerra, caballos y carrozas; todos ellos desfilando con los monumentos de la ciudad de Benevento representados en el fondo.

     En el paso del arco, bajo la bóveda, nos encontramos con los relieves de mayor carga propagandística. Probablemente, estos dos fuesen en los que más se detendría la vista de los romanos al entrar o salir de la ciudad, por ello, son los que más apelan a la sensibilidad del pueblo.

     En el lado sur nos encontramos con el Congiarium (congiario). Acto donde el emperador regalaba pan, aceite o dinero «a las personas que tenían derecho a participar en las distribuciones públicas de cereales»[8]. Cualquiera que se girase hacia el relieve vería el amor que Trajano sentía por su pueblo, por ello lo podemos ver rodeado de niños y mujeres.

Relieve del “Congiarium” en el Arco de Trajano en Benevento. Foto: Wikimedia Commons.

     Frente a éste, la Institutio Alimentaria (Institución Alimentaria). Durante la República fue una administración del Estado que se encargaba de abastecer al pueblo a un precio asequible; posteriormente, los emperadores tomaron el papel del Estado distribuyendo alimentos, ropas o vales canjeables en una red de almacenes a los que acudía la población. Los emperadores realizaban donativos, como hemos visto en el relieve anterior, para celebrar, entre otras cosas, la subida al trono, una victoria militar y el nacimiento o adopción de un hijo. Tan importante es este tema que se vuelve a repetir en un relieve de la fachada que da al campo, se trata de Celebración de la Institutio Alimentaria o Alimentación infantil, de mayor calidad artística que el otro. Meomartini llegó a exclamar del retrato del emperador (a la derecha en primer plano): «¡Cuánta naturalidad y expresión y proporción en esta figura de Trajano!». Éste aparece protegiendo a los dos infantes que se encuentran a sus pies, a mi parecer, alegorías de la nueva generación de romanos. Ambos vuelven la cabeza hacia la personificación de Roma, mujer con cabello trenzado y laureola. En el lado contrario, Roma aparece acompañada de un atlético guerrero (Marte), que viene a indicar la fortaleza con la que deben crecer los ciudadanos. Detrás de los infantes, en segundo plano, hay una personificación femenina de la alimentación infantil, práctica instituida por Nerva y continuada por su hijo adoptivo, Trajano[9].

 

NOTAS DEL TEXTO

[1] Arkiplus: https://www.arkiplus.com/arcos-de-triunfo-romanos/ (17-12-2020).

[2] Meomartini, Almerico (1889): ˝Capo I. Dell’arco trionfale a Traiano˝. En: Meomartini, Almerico (1889), I monumenti e le opere darte della città di Benevento, Benevento, L. de Martini e hijo, p. 32.

[3] Serlio, Sebastiano (1566), Libro primo [-quinto] dArchitettura / di Sebastiano Serlio bolognese  Venecia, appresso Francesco Senese, & Zuane Krugher Alemanno Compagni, p. 104.

[4] Garcia y Bellido, Antonio (2014), Arte romano (2a. ed.), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, p. 323.

[5] Meomartini, Almerico (1889), ˝Capo I. Dell’arco trionfale a Traiano˝. En: Meomartini, Almerico (1889), I monumenti e le opere darte della città di Benevento, Benevento, L. de Martini e hijo, pp. 210-211.

[6] Meomartini, Almerico (1889), ˝Capo I. Dell’arco trionfale a Traiano˝. En: Meomartini, Almerico (1889), I monumenti e le opere darte della città di Benevento, Benevento, L. de Martini e hijo, p. 58.

[7] Garcia y Bellido, Antonio (2014), Arte romano (2a. ed.), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pp. 377-378.

[8] Truesdell Merril, Elmer (1901), ˝Some observations on the Arch of Trajan at Beneventum˝, En: Transactions and Proceedings of the American Philological Association, 32, p. 61.

[9] Garzón Blanco, Jose Antonio (1988), ˝La política alimentaria desde Trajano a Antonino Pio en la propaganda numismática˝, En: Studia Historica. Historia Antigua, 6, pp. 165-169.

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