Con más de 200 años de historia a sus espaldas el Museo Nacional del Prado ha abordado por fin en sus salas algo que todas las instituciones museísticas que se precien a día de hoy deben tener, hablamos de un espacio permanente en el que se recoja la historia de la institución.

La historia que tenía que ser contada: el Museo Nacional del Prado inaugura sus salas dedicadas a la Historia del Museo y a su arquitectura

     Como decimos el Prado ha abordado ya esta cuestión convirtiendo las antiguas salas 100, 101 y 102 donde se exhibía el Tesoro del Delfin en un espacio destinado a recordar cómo surgió la institución, cómo ha ido evolucionando arquitectónica e institucionalmente y quienes han trabajado en ella a lo largo de su historia.

JOSÉ MARÍA AVRIAL Y FLORES. Vista de la fachada sur del Museo del Prado, desde el interior del Jardín Botánico. Museo Nacional del Prado.

     De este modo el Museo Nacional del Prado se une a la tendencia que ya otros museos estatales españoles habían abordado hace algunos años. Recordemos que museos como el de Altalmira, el Museo Nacional de Escultura de Valladolid o el Museo Arqueológico Nacional disponen en su exposición permanente de áreas o salas destinadas a este cometido.

     Comisariada por Víctor Cageao, Director de Inmuebles y Medio Natural de Patrimonio Nacional y, anteriormente, Coordinador General de Programación del Museo del Prado, con el apoyo de la documentalista Teresa Prieto, esta instalación museográfica presenta maquetas, dibujos, lienzos, antiguas cartelas, fotografías y piezas relacionadas con los oficios del museo.

«El Prado es el gran regalo que la nación española se ha hecho a sí misma y nos encanta pensar que para cientos de miles de españoles esta instalación sea casi como un recorrido por la historia de su propia familia». Miguel Falomir

     A través de estas salas el visitante puede conocer tanto el proceso de gestación del Museo en época de Mª Isabel de Braganza y Fernando VII, su inauguración con tan solo 311 obras, la incorporación de las colecciones del Museo de la Trinidad y sus sucesivas reformas a lo largo de la historia.

     Además, en su museografía, se concede la importancia que merecen personalidades de la talla de Juan de Villanueva, arquitecto que construyó por orden de Carlos III el edificio para alojar el Real Gabinete de Historia Natural, Mª Isabel de Braganza, reina consorte que inspiró a Fernando VII en la creación del museo o Federico de Madrazo, director del Museo 1860 a 1868 y de 1881 a 1894.

     No se olvida el relato museográfico de acontecimientos tan importantes en la historia del museo como fue el falso incendio de 1891, el robo del Tesoro del Delfín, la exposición conmemorativa del Greco de 1902 y la Guerra Civil junto a la labor de salvaguarda del patrimonio que se llevó a cabo por parte de la Junta del Tesoro Artístico.

     Entre las piezas que se exhiben destacan las sillas de los vigilantes, una de las escupideras de cerámica que se disponían en las salas de la institución, el reloj de vigilancia de los vigilantes de los años 50, la gorra de los ascensoristas o los denominados cartones para control con fotografías de José Lacoste que usaban los vigilantes en sus rondas.

Escupidera. Después de 1917. Casa Mensaque ©Museo Nacional del Prado

     Asimismo dos de las piezas que más llaman la atención son, el antiguo armario de restauración con todas sus herramientas y que ya pudo verse en uno de los Tik Tok de la institución del año pasado, y una reproducción del denominado grafoscopio, un artilugio ideado por Alfonso Rogwag en 1882 y en el que se puede contemplar la disposición que tenían las obras en la Galería Central a finales del siglo XIX gracias a las imágenes de Jean Laurent.

©Museo Nacional del Prado

     Gracias al patrocinio de Samsung, esta parte se complementa con una pantalla para disfrutar de una producción audiovisual en y una aplicación interactiva accesible desde tabletas Samsung que cuenta con 6 puestos en sala con diferente contenido.

     En resumen “Historia del Museo del Prado y sus edificios” se trata de un área de la exposición permanente necesaria y muy recomendable tanto para un visitante neófito como para los grandes conocedores de la institución.

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