Hace ocho años -se dice pronto pero que realmente se hacen muy largos- comenzamos a estudiar el inventario del Alcázar de Madrid de 1666. Redactado un año después de la muerte de Felipe IV, tal y como el protocolo del luto señalaba, éste es un documento esencial para comprender la pasión de Felipe IV por el arte y las profundas transformaciones decorativas que el edificio sufrió de la mano del monarca y de su más importante consejero en esta materia, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez.

Félix Castelo: Vista del Alcázar de Madrid, ca. 1650, Museo de Historia, Madrid.

Félix Castelo: Vista del Alcázar de Madrid, ca. 1650, Museo de Historia, Madrid.

     Fue don José Manuel Pita Andrade, persona maravillosa, humilde y al que recordaremos siempre, quien fue exdirector y expatrono del Museo Nacional del Prado, el que confió en nosotros allá por el año 2005 y nos empujó en esta dificil labor, la del estudio de los inventarios regios. Él consideraba que un trabajo fundamental que quedaba por abordar en nuestro país era la investigación de estos documentos y gracias a ellos trazar la llegada y vicisitudes por las que las obras pictóricas habían pasado hasta ir a parar muchas de ellas al Museo Nacional del Prado, nuestra principal pinacoteca y cuyos fondos tienen su germen más importante en las colecciones reales.

Don José Manuel Pita Andrade (1922-2009).

Don José Manuel Pita Andrade (1922-2009).

     Sin saber bien donde nos metíamos, comenzamos a buscar y transcribir inventarios reales desde el siglo XVI al XIX, una labor que nos llevó más de tres años. Un primer libro fruto de esta labor fue Quadros y otras cosas que tiene Su Magestad Felipe IV en este Alcázar de Madrid. Año de 1636, texto auspiciado por la FUE y que realizaba una radiografía del Alcázar en los primeros años del reinado de Felipe IV, pero  que mostraba en buena medida la decoración del edificio en época de su padre Felipe III. Este estudio lo concebimos, más que como un completo análisis, como un acercamiento al documento y como una herramienta para los investigadores. Sin embargo, al abordar la publicación del inventario de la testamentaría de Felipe IV quisimos que éste fuera más allá y permitiera ver la verdadera dimensión coleccionista del Rey Planeta. Para ello dividimos el trabajo en tres partes:

     En una primera parte hacemos un recorrido por el edificio analizando las modificaciones arquitectónicas y decorativas que se llevaron a cabo durante el reinado de Felipe IV. Para poder comprender bien el complejo entramado de salas y situar al lector en todo momento dentro del edificio, el texto va acompañado de plantas de los diferentes niveles del palacio diseñadas por el arquitecto Daniel Martínez Díaz. Asimismo éste también ha realizado alzados de salas tan representativas dentro del palacio como el Salón de los Espejos, la Pieza Ochavada o el Cuarto del Príncipe, zonas todas ellas en las que hemos podido vislumbrar con una mayor precisión cómo sería la organización del espacio y la disposición de sus decoraciones.

Página donde se muestran parte de los alzados del Salón de los Espejos.

Página donde se muestran parte de los alzados del Salón de los Espejos.


Anton Van Dyck: Diana y una ninfa sorprendidas por un sátiro, 1622-1626. Madrid, Museo Nacional del Prado.

Anton Van Dyck: Diana y una ninfa sorprendidas por un sátiro, 1622-1626. Madrid, Museo Nacional del Prado.

     Una segunda parte del libro analiza las adquisiciones más significativas llevadas a cabo durante el reinado de Felipe IV, bien a través de agentes, donaciones, almonedas… En este sentido cabe resaltar las importantísimas compras realizadas en las almonedas de Rubens y Carlos I de Inglaterra; o la misión artística de Velázquez en su segundo viaje Italia, uno de cuyos principales motivos fue la contratación de un fresquista para la decoraciones pictóricas del Alcázar, el encargo de réplicas en yeso de las esculturas romanas más famosas y la compra de pinturas primordialmente venecianas.

     Un tercer y extensísimo bloque es el del catálogo de obras, el cual toma como guía el inventario del Alcázar de 1666 analizando una por una cada una de las piezas que en él se detallan. Es por ello que aunque la obra no se conserve en la actualidad o no hayamos podido averiguar de qué pieza se trataba, se incluye dentro del catálogo aportando el máximo de información posible sobre ésta. Ese seguimiento nos ha permitido saber cuándo se perdieron algunas de las piezas y hemos podido evaluar lo dañinos que para el patrimonio de la corona fueron algunos acontecimientos tales como el incendio del Alcázar de 1734 o la Guerra de la Independencia entre 1808 y 1813.

Varias páginas del catálogo.

     Por último el libro va acompañado de un CD que ofrece un contenido indispensable para la comprensión íntegra del legado del Rey Planeta. Por un lado se ofrecen los catálogos de obras de aquellas salas que no figuraron en el inventario de 1666, pero cuya decoración ha podido conocerse a través de las relaciones complementarias que se han transcrito. Esto ha permitido reconstruir salas tan emblemáticas como la Capilla Real, el oratorio del Cuarto Bajo del rey, el Cuarto del Príncipe o el Salón de los Espejos. Asimismo se incluye de nuevo el catálogo de la relación realizada a la muerte de Felipe IV en 1666 para facilitar la búsqueda de obras concretas, autores, iconografías, etcétera.

     En el CD también va incorporado el Apéndice Documental, que cuenta con la transcripción de otros inventarios complemententarios que permiten ahondar en el conocimiento de las colecciones atesoradas por Felipe IV en el Alcázar de Madrid. De forma parcial se transcriben la testamentaría de Isabel de Borbón de 1647 y el inventario del Guardajoyas de alrededor de 1653, incidiendo tan sólo en aquellos capítulos que permiten conocer obras que bien pasaron a la colección del monarca o que ya formaban parte de ella. Asimismo, de forma íntegra figuran diversas relaciones: junto al documento de 1666, también están el Careo de 1666-1686; el inventario de Piezas desmontadas de alrededor de 1686; y la relación elaborada en 1686. Por último, junto a estos inventarios de carácter más pictórico, también se ha transcrito la relación de las tapicerías atesoradas a la muerte del monarca y se han identificado aquellas que en la actualidad se conservan. La suma de todo ello ofrece sin duda una visión de conjunto muy completa del Alcázar de Madrid y de sus decoraciones.

     En definitiva, mil páginas repletas de arte y conocimiento, de obras imprescindibles para la historia del arte y de historia de nuestras colecciones regias. Un libro lujosamente editado que no habría sido posible sin el apoyo de la Editorial Polifemo, que con Ramón Alba a la cabeza -a quien nunca estaremos lo suficientemente agradecidos-, se ha dejado la piel para sacar una edición encuadernada en tapa dura y en gran formato (29×24 cm). Una joyita, aunque esté mal que lo digamos nosotros, de tirada muy limitada que ya podéis adquirir por  75€  pinchando en este link aquí.

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