En mi reciente viaje a Copenhague, visité la colección Hirschsprung, un pequeño museo que muestra la casa y colección particular de una de la familias más adineradas en la Dinamarca del siglo XIX. El patriarca, Henrich Hirchsprung se mostró interesado sobre todo en la pintura contemporánea nórdica y es por ello que básicamente se muestran artistas de esa procedencia y cronología.

P.S. Krøyer: Retrato de la familia Hirschprung, 1881. Copenhague, Den Hirschsprungske Samling. Foto: Investigart

     Pues bien, paseando por el museo, al entrar en una de las salas principales, de repente mi sorpresa fue mayúscula, había un montón de cuadros de Sorolla, o eso es lo que me pareció nada más entrar. ¿El Sr. Hirchsprung había sido coleccionista de Sorolla? Niños jugando en la playa a la orilla del mar, señoras vestidas con trajes blancos paseando en la playa, o cuadros en donde pescadores estaban recogiendo sus artes de pesca…

 

     Sin embargo, al acercarme a los cuadros comprobé que no se trataban de Sorollas si no que el autor de esas obras que había confundido a primera vista con Sorolla era un tal Peder Severin Krøyer (1851-1909), pintor del que debo reconocer no había oído hablar en mi vida. Bien es cierto que como ya sabéis mi radio de acción está más centrado en el siglo XVII y XVIII, pero aún así que no me sonara en absoluto un pintor cuyo parecido con uno de nuestros artistas más célebres era asombroso me dejó perpleja.

P.S. Krøyer: Autorretrato, 1899. Copenhague, Den Hirschsprungske Samling. Foto: Investigart.

     Corrí entonces a la librería en busca de información de ese artista. ¿Habían pintado juntos? ¿Estuvieron viviendo en algún lugar común? ¿Tuvieron algún tipo de relación Krøyer y Sorolla? Después de rebuscar bastante entre los libros encontré un catálogo completo de la obra de Krøyer que dedicaba un pequeño capítulo a analizar la evidente relación entre la obra de éste y la de Sorolla.

     Así es como supe que Krøyer había nacido en Noruega en 1851 pero que desde pequeño su familia se estableció en Copenhague y con tan sólo nueve años comenzó a pintar con tutores privados. En 1870 completó sus estudios en la Academia Danesea de Arte y en la temprana fecha de 1874 Heinrich Hirschsprung compró la primera obra de Krøyer, estableciendo desde ese momento un largo mecenazgo con el artista. Entre los años 1877 y 1881 Krøyer viajará por toda Europa, incluído España, dónde quedará fascinado por la obra de Velázquez. Ese influjo de Velázquez en su obra queda patente en su cuadro “Sombrereros en una villa Italia”, la cual bebe claramente de “La Fragua de Vulcano”.

P.S. Krøyer: Sombrereros en una villa Italiana, 1880. Copenhague, Den Hirschsprungske Samling. Foto: Investigart.

     Cuando Krøyer está viajando por España, y empapándose de artistas como Velázquez, Sorolla contaba tan sólo catorce años y todavía estaba formándose en la pintura y no había salido de su Valencia natal, lugar que Krøyer no visitó en su recorrido por la península ibérica.

     Sorolla nació en Valencia el 27 de febrero de 1863 y es allí donde recibió sus primeras enseñanzas en el arte. Fue en 1880 cuando viajó por primera vez a Madrid y quedó impresionado, al igual que había sucedido con Krøyer, por Velázquez. Con 22 años marchó a Roma y allí fue discípulo del pintor Francisco Pradilla, quien era el director de la Academia Española en Roma. Es en esos años, a partir de 1882, cuando por su parte Krøyer descubre la aldea pesquera de Skagen, al norte de Jutlandia, y comienza a inspirarse en el mar y en la vida cotidiana local para algunas de sus obras. Muchos de los encuadres de sus pinturas resultan peculiares ya que basará sus lienzos en fotografías que realizaba de la vida local. Sus cuadros de pescadores saliendo al mar o de niños en la playa nos resultarán muy familiares…

 

     Por su parte, Sorolla visitará por primera vez París en 1885 y allí conocerá la pintura impresionista y tomará contacto con las vanguardias europeas, en especial le produjeron un gran impacto los pintores John Singer Sargent, Giovanni Boldini, Anders Leonard, Jules Bastien-Lepage o el alemán Adolf von Menzel, que le sirvirán de inspiración. Pero todavía se cree que Sorolla no pudo conocer la obra de Krøyer, aunque éste tenía contactos con los artistas parisinos y en la ciudad del Sena ya había obras de él circulando. Sorolla era un artista que estaba aún en formación y que combinaba la realización de obras de tipo costumbrista, con los retratos y algun paisaje de corte más clasicista.

 

     Krøyer participará en la Exposición Mundial de París de 1889 y es allí donde casi seguro que Sorolla descubrió la obra del artista danés. De hecho Aureliano de Beruete escribió un artículo en el que mencionaba que “la élite de los pintores escandinavos y filandeses había sorprendido al mundo en la exposición de París de 1889, cuya gran aportación fue acercar el paisaje moderno a la pintura”. Sorolla quedó impresionado por la pintura de los maestros escandinavos, y como bien reconoce Beruete, la visión de éstos le fue fructifera sobre todo en el trabajo con la luz pero no le afectó a la hora de perder sus propias características artísticas. Aunque hay que decir que parece que la visión de los temas de playa y pescadores también debieron de tener su impacto en el joven Sorolla que a partir de ese momento los incorporó con fuerza en su repertorio artístico.

 

     En 1893 Krøyer pintará la que será una de sus obras maestras “Tarde de verano en la playa de Skagen”. En el lienzo vemos dos mujeres vestidas con largos y ligeros vestidos blancos paseando a lo largo de la playa. Para la realización de esta obra incluso se conservan las fotografías que Krøyer realizó de su mujer Marie y de la artista Anna Ancher, amiga de la pareja. Este trabajo de Krøyer será expuesto en la Exhibición Nacional de Bellas Artes del año 1895 en París, la misma en la que Sorolla participó con su trabajo “El Retorno de la Pesca”.

 

     Es a partir de ese momento que Sorolla, si no se había fijado antes en el artista danés, tuvo que interesarse por la obra de Krøyer. Finalmente la Exposición Mundial de París de 1900 no deja dudas del impacto del artista danés en Sorolla ya que éste escribió tras visitarla que le encantaría que fuese posible “combinar en un sólo lienzo la sinceridad de Krøyer y la atmósfera de Zorn con la fuerza de un retrato de Bonnat y el caracter que Jean Paul Laurens es capaz de dar a la figuras en sus pinturas”. En esta muestra Krøyer llevó “La comida” de 1893 y su gran “Tarde de verano en la playa de Skagen” de 1899. Por esta última sabemos que Sorolla expresó gran admiración sobre todo por la forma y habilidad en la que Krøyer conseguía capturar el instante y la sensación de aire libre.

P.S. Krøyer: Tarde de verano en la playa de Skagen, 1899. Copenhague, Den Hirschsprungske Samling. Foto: Investigart.

     El parecido de lienzos de Sorolla como “Paseo a la orilla del mar” o “Niños en el mar”, realizados ambos en 1909, mismo año en el que Krøyer fallecía, con algunas de las pinturas de éste no puede considerarse como algo accidental. El uso de la luz, la pincelada disuelta que casi borra la figura de los niños… hay demasiadas similitudes entre los lienzos de ambos como para no ver un influencia clara del pintor danés en el artista valenciano.

 

     Así pues, la próxima vez que contempléis un lienzo de Sorolla, y penséis en la forma única que éste tenía de captar el mar y la luz mediterreanea, acordaros que eso fue posible gracias a que antes contempló la luz de la playas nórdicas reflejada por un artista que aquí desconocemos, P.S. Krøyer.

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