En contadas ocasiones uno asiste a descubrimientos de pinturas de los grandes maestros, y por eso queremos hoy dar todo el protagonismo a la última pintura atribuida a Velázquez (en otro artículo publicado aquí ya hablamos de otra pintura atribuída al sevillano), y de la que hemos podido disfrutar en la capital durante apenas un mes: La Educación de la Virgen. Hoy se clausura la exposición de esta pintura en Madrid, que ha estado colgada en la Sala de Arte Santander, en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, desde el 11 de septiembre, junto con otro lienzo del mismo tema, de Alonso Cano.

     En 2004 el historiador John Marciari hallaba en una bóveda de almacenamiento de la Yale University Art Gallery este lienzo, de cinco metros de altura y cuatro de ancho, que mostraba el tema de la educación de la virgen María, comúnmente conocido como el tema de Santa Ana enseñando a leer a la virgen. Se atribuía a Anónimo, escuela española del siglo XVII. La pintura estaba muy dañada y precisaba restauración, y Marciari empezó a estudiar el tema, la representación, el estilo. Le parecía un temprano Velázquez, pero fueron necesarios cinco años de estudio antes de que Marciari se sintiera lo suficientemente seguro y publicara sus conclusiones. Y no todos los expertos en arte estuvieron entonces de acuerdo con la atribución. Como él mismo afirmaba entonces, “Una de las peculiaridades acerca de la historia del arte es que a menudo no existe una prueba irrefutable, no hay una cosa que pueda probar definitivamente que una obra es de un artista”.

     Tras el hallazgo se produjo un intenso debate entre todos los expertos y especialistas en la obra de Velázquez, principalmente porque el estado de conservación en el que se encontraba la pintura demandaba un largo y meticuloso estudio, diagnóstico y restauración, para poder ver con otros ojos sus calidades, materia pictórica y ejecución técnica.

     Esta obra, pintada en Sevilla en torno a 1617, se correspondería con el momento en el que Velázquez estaría finalizando su aprendizaje con Francisco Pacheco, y comenzaba a asimilar los primeros elementos naturalistas influenciado posiblemente por otros artistas coetáneos como Alonso Cano, Luis Tristán y Juan de Roelas.

     La restauración, también discutida, ha sido realizada por Ian MacClure y Carmen Albendea, junto con el departamento de restauración de la Yale University Art Gallery, y el laboratorio de restauración del Institute for the Preservation of Cultural Heritage de Yale. Los resultados científicos del proyecto ya han sido publicados por la Universidad de Yale.

     Distintos especialistas han estado trabajando durante más de dos años para dar a conocer una pintura para nada retocada, y en la que esta vez se ha trabajado con un exquisito respeto por el original. El criterio de intervención se ha afinado realmente al máximo, haciendo suya la expresión de menos es más. Se han evitado, en la medida de lo posible, las reintegraciones, descubriendo las partes y pigmentos originales de la obra, que coinciden con la técnica del joven Velázquez en sus años sevillanos. Ahora se muestran por vez primera al público las conclusiones de su trabajo de investigación, con los análisis técnicos y estudios radiográficos que permiten conocer mejor la técnica del pintor sevillano.

     Del 15 de octubre al 15 de enero de 2015 la podremos disfrutar nuevamente, esta vez en el convento de Santa Clara de Sevilla. Si para la exhibición en Madrid se contó con el lienzo que representaba el mismo tema de Alonso Cano, en el caso de Sevilla se contará con la presencia de La educación de la Virgen de Juan de Roelas prestada por el Museo de Bellas Artes de Sevilla y La Sagrada Familia de Luis Tristán que ha sido cedida de forma excepcional por el Minneapolis Institute of Art. Junto a estas obras es verdaderamente revelador poder comprobar de donde parte Velázquez en sus comienzos y lo que consigue cuando entre 1622-1623, antes de partir para Madrid, pinta La imposición de la casulla a San Ildefonso propiedad del Ayuntamiento de Sevilla y que estará igualmente presente en la muestra, donde también están vigentes los mismos modelos naturalistas, pero ya mucho más madurados y perfeccionados. Asimismo en Sevilla se reunirán especialistas internacionales en un Simposio sobre la obra del pintor sevillano, del 15 al 17 de octubre.

     Posteriormente, la obra viajará a París donde se colgará en una gran muestra de Velázquez que tendrá lugar en el Louvre entre abril y mayo de 2015. Sin duda estamos ante un acontecimiento de relieve que pone de manifiesto la capacidad que todavía la historia del arte tiene para seguir sorprendiéndonos al descubrir esta pequeña joya del Siglo de Oro.

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